En el marco del
día del migrante compartimos la experiencia de una de las beneficiarias de
nuestro proyecto Dos Orillas. Marilyn
Manrique es una emprendedora de El Agustino que se capacitó en el curso de patronaje industrial en tela plana (prendas
para dama). Gracias al proyecto logró constituir aún más el pequeño taller que
tiene en el cuarto piso de su casa. En esta entrevista nos cuenta sus inicios y
cómo la ayudó lo aprendido a lo largo del curso que se le brindó.
¿Qué
tiempo lleva en este negocio?
Cociendo, yo sola, ya más de seis años. Empecé
trabajando en talleres para otras personas y ahí fui aprendiendo poco a poco. En
ese tiempo solo cocía lo que me daban, ahora ya tengo más conocimiento que y se
hacer hasta moldes.
¿Y
cómo surgió la idea de empezar su propio negocio?
Tengo familia que vive en el extranjero y una de mis
tías volvió de Italia. Justo en ese tiempo yo tenía problemas con mi esposo, no
vivía con él y no me alcanzaba lo que ganaba para mantener a mis hijos. Le pedí a mi tía que me llevará a trabajar
allá para mandarle a mis hijos el dinero
que necesitaban pero ella me respondió: “no Mari, tus hijos ahora están en una
etapa difícil, si tu te vas ellos se quedarán solos acá”. Entonces, ella de
todas formas quiso ayudarme y me mandó una platita para que compre dos máquinas
de coser y pueda trabajar acá. Así empecé mi negocio.
¿Ahora
con quién trabaja?
Me apoyan mi
mamá y mis dos hijos, solo cuando hay demasiado trabajo contrato a alguien que más.
Ahora tengo seis máquinas y logré devolver a mi tía la plata que le debía.
Antes trabajaba en la salita de mi mamá pero con el tiempo me fui al cuarto
piso y compré una casita prefabricada para armar mi taller ahí. Todo eso fue gracias
a mi trabajo, de lo contrario no tendría nada.
¿Cómo
empezó su experiencia con los cursos de Dos Orillas?
Yo nunca me
había capacitado. Supe de los cursos por una amiga que también tiene un taller
de confecciones y me invitó. Primero fui a uno de patronaje en el que aprendí a
hacer moldes, eso me ayudó bastante porque
una cosa es que te den la tela cortada para que la armes y otra que una misma las
haga. ¡Son dos cosas bien distintas! Eso lo aprendí gracias a ASPEm. Antes, si
yo quería hacer una casaca, agarraba una y la descocía. El problema venía
cuando quería hacerla en una talla diferente, no sabía cómo, pero, ahora, con lo que nos enseñaron ya sé hacerlo.
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