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A unos días de las primarias republicanas en Florida (Estados Unidos), estado que cuenta con un gran número de hispanos registrados en el Partido Republicano, Mitt Romney, precandidato a la presidencia de Estados Unidos, dijo ayer que quiere ver más inmigrantes en su país y protegerlos, pero quiere que sean legales.
Durante una entrevista para el público hispano, Romney precisó que para fomentar un sistema migratorio más transparente “es importante que las personas reconozcan que la migración ilegal tiene que detenerse; de lo contrario va a haber un esfuerzo para retrasar o acabar con la legal”.
Yo no soy antiinmigrante, aclaró, “me gusta la migración, ha sido una fuerza extraordinaria para este país, pero yo quiero más inmigración legal y menos ilegal”. Sobre el “plan de autodeportación” que promueve en su campaña lamentó que su adversario en la carrera por la nominación republicana, Newt Gringrich, diga que es una fantasía y lo utilice para atacarlo. Explicó que rechaza el actual procedimiento de perseguir indocumentados, arrestarlos, ponerlos en un autobús y soltarlos al otro lado de la frontera, pues lo que “hay que hacer es cumplir las leyes de migración de manera que la gente legal tenga identificación y un sistema E-Verify que funcione”.
El ex gobernador del estado de Massachusetts dijo que su rechazo a la Dream Act no significa estar en contra de que los jóvenes indocumentados ingresen a las universidades. Precisó que se trata de prioridades y la principal es con “aquellos que quieren venir legalmente y traer a sus familias y en segundo con quienes son abusados por coyotes”.
Aludiendo al hecho de que su padre nació en México, porque sus progenitores, estadounidenses, vivían en ese país, Romney mencionó en broma que le gustaría convencer a la gente que sería el primer presidente hispano, aunque dudó que alguien le crea que es mexicano-estadunidense.
Tomado de El Universal de México
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